jueves, 4 de marzo de 2010

Mutando

Facilidad creía tener para interpretar cambios tan bruscos, incluso predecir lo intransitable, y a medias se quedaba siempre en la barra del último mesón, maldiciendo la altivez del otrora austero tabernero. Las espuelas en los bares siempre fueron penúltimas rondas de generosos vecinos adinerados, así que él seguía dispuesto a dar caza a la última Voll- Damm que ocultaba el mostrador; su felicidad no remitía a tiempos pasados ni a futuros ideales, no creía respirar la vida de otro en aquella desapacible casa que venía regentando, a pesar del tufo a perdedor que desprendía cada vez que salía a rastras de ella.
Hoy, por raro que le pareciera, estaba contento, hoy viraba el aire a su antojo y eso seguía siendo algo súbito e inesperado en aquellos días de mezquindad! Porque este hoy es aquel mañana que ayer pareció tan inquietante.

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