domingo, 21 de marzo de 2010

Satisfecho

"Facturó el sueño y la ansiedad con una dosis de diazepán, aún sabiendo que el autocar no le llevaría mas allá de donde sus ojos alcanzaban sabía que necesitaba imperiosamente salir de aquel lugar, de aquella calle que le resquemaba el aliento. Selló el bolsillo contiguo al del sobre donde se depositaban sus pequeñas esperanzas de finiquitar su deuda y encendió el último cohiba que había comprado en la cochambrosa tienda de su rubia manceba; aún saboreaba el último rechazo de ella a una huida conjunta y en realidad sabía que era lo más razonable. El interurbano era tan viejo como su duda, llegó rechinando hasta su altura y envistió la línea amarilla de parada que había pintada a sus pies, los asientos rezumaban olor a yodo y el pasamanos estaba refrescantemente frío al contacto. Recordó los viajes interminables de juventud y ansió que el trayecto fuera perenne para poder olvidar la partida de póker de la noche anterior, sin embargo no había cobijo entre sus pensamientos y decidió mirar al horizonte con la mente puesta en blanco. La foto que llevaba aferrada a su mano derecha captó la atención de la niña de enfrente, era de cartón piedra al tacto, de fondo azul y esquinas estriadas, tal vez era el viaje siempre soñado, o quizá la postal que nunca esperó que llegará hasta que abrió el buzón aquella mañana."

sábado, 13 de marzo de 2010

"Permitamos que el tiempo venga a buscarnos en vez de luchar contra él"
Miguel Delibes 1920-2010.

lunes, 8 de marzo de 2010


La lluvia hizo de espejo, de muro infranqueable, durante un minuto no pudo moverse. Después huyó.

jueves, 4 de marzo de 2010

Mutando

Facilidad creía tener para interpretar cambios tan bruscos, incluso predecir lo intransitable, y a medias se quedaba siempre en la barra del último mesón, maldiciendo la altivez del otrora austero tabernero. Las espuelas en los bares siempre fueron penúltimas rondas de generosos vecinos adinerados, así que él seguía dispuesto a dar caza a la última Voll- Damm que ocultaba el mostrador; su felicidad no remitía a tiempos pasados ni a futuros ideales, no creía respirar la vida de otro en aquella desapacible casa que venía regentando, a pesar del tufo a perdedor que desprendía cada vez que salía a rastras de ella.
Hoy, por raro que le pareciera, estaba contento, hoy viraba el aire a su antojo y eso seguía siendo algo súbito e inesperado en aquellos días de mezquindad! Porque este hoy es aquel mañana que ayer pareció tan inquietante.