sábado, 10 de agosto de 2013


                                   

Es curioso cómo nos moldeamos conforme cambian nuestros gustos, preferencias y experiencias.
Incluso más aún, la forma en como se cocina el cambio. Pequeñas y silenciosas revoluciones dentro de nuestra mente que marcarán para siempre nuestras vidas. 
Un día nos acostamos ignorando a la niña que se sienta a nuestro lado en el colegio para volvernos perdidamente locos por ella al día siguiente, o aquel momento en el que dejamos de tener bronca diaria con nuestra madre por no comernos el pescado o las lentejas, o cuando nos sorprendimos deseando que no hubiera llegado nunca el fatídico momento en el que pasó de sabernos la cerveza a orín a consumirla a litros…
Hoy sucumbo a mis gustos, a la experiencia y la paciencia, a los que ayer murieron y a los que hoy subyacen aún en mi, pero sobretodo a los que nacen y me cambian a poco, muy a poquito a poco.

Ayer volví a nacer... ha sido un parto duro, acuoso, de lucha desmedida por volver a respirar, por seguir inhalando lo que algunos no constatan, nos iremos en cualquier momento.




jueves, 9 de mayo de 2013


Disfrutando tu perfil,
tu silueta de vivas formas que adornan el reborde de mi sed,
sed de ti y por ti,
pasión y arrebato en pizcas desmedidas de susurros y antojos.
Te miro ávido de un gesto,
profanando las entrañas de tu esencia
y seguro de tutelar sin titubeo mi impudicia;
te miro y me miro,
me reflejo en la cavidad de tu vientre a expensas de tu ternura
y emerge en mi la conducta que quise y supe siempre.

sábado, 30 de marzo de 2013

Tránsito

Veis esta copa?, preguntaba, sosteniendo un vaso. Para mi, esta copa ya está rota. La disfruto, bebo de ella. Retiene mi agua admirablemente, algunas veces incluso refleja el sol con unos patrones preciosos. Pero cuando pongo mi copa en un estante y el viento la golpea o mi codo la tumba sobre la mesa y cae al suelo y se hace pedazos, digo “Por supuesto”.
Cuando comprendo que este cristal ya está roto, cada momento con él es precioso.

martes, 19 de marzo de 2013

Las huellas tenues del lucero, la levedad de un cuerpo en brazos de otro, el desaliño natural tras tu vida solitaria, todo ello ocurre a miles de kilómetros de tu estampa, ocurre en el secarral de tu imaginación, en las ubres vacías de tanto chupar, en las siluetas del ocaso desde tu ventana, ocurre a diario en tu ciudad, en las grutas de la tortura que antepones a tu sensatez.
Todo ello ocurre a diario, dentro de ti, para desgracia de mí.

 (A ti, Bufo)