eran de aluminio, frías y blanquecinas...
El frío ahora es denso
como un beso apasionado que promete
es un estado de espera
de ausencia,
redimes las culpas en vasos de hielo
que agolpan los tragos en cálidos destinos.
Ayer ya no te veía pero soñaba que venías,
tan cerca como si estuviera en tu mano,
como si me acariciara aún tu maltrecha valentía.
El camino llegaba a la izquierda
como una polea en agonía
y subía aquella cuesta
como si fuera una senda.
Sabía aún que vendrías,
sin saber si andabas o corrías.
Rescataba el atardecer rastros
de una época pasada
de aquella mirada redimida
de aquel colchón estrecho sin queja,
que agradecía el sueño compartido,
que albergaba nuestros sueños,
que permitía nuestros besos,
que ahuyentaba la distancia.
Debió ser hasta ahí la lejanía.
Derretí ayer el último paseosentí que vivía
Derretí ayer el último paseosentí que vivía
sentí que mi corazón aún de TI dependía.